Es sábado, 8 de agosto. Corresponde a Agustín Rivarola SJ, desde Mendoza, en la Argentina, proponer los puntos para orar a partir de Mateo 14,1-12:
Por aquel tiempo oyó el tetrarca Herodes la fama de Jesús y dijo a sus cortesanos: —Ése es Juan el Bautista que ha resucitado, y por eso se manifiestan en él poderes milagrosos. Herodes había hecho arrestar a Juan, encadenarlo y meterlo en prisión por instigación de Herodías, esposa de su hermano Felipe. Juan le decía que no le era lícito tenerla.14,5: Herodes quería darle muerte, pero le asustaba la gente, que consideraba a Juan como profeta. Llegó el cumpleaños de Herodes y la hija de Herodías bailó en medio de todos. A Herodes le gustó tanto que juró darle lo que pidiera. 14,8: Ella, inducida por su madre, pidió: —Dame aquí, en una bandeja, la cabeza de Juan el Bautista. El rey se sintió muy mal; pero, por el juramento y por los convidados, ordenó que se la dieran; 14,10: y así mandó decapitar a Juan en la prisión. La cabeza fue traída en una bandeja y entregada a la joven; ella se la entregó a su madre. Vinieron sus discípulos, recogieron el cadáver y lo sepultaron; después fueron a contárselo a Jesús.
Por aquel tiempo oyó el tetrarca Herodes la fama de Jesús y dijo a sus cortesanos: —Ése es Juan el Bautista que ha resucitado, y por eso se manifiestan en él poderes milagrosos. Herodes había hecho arrestar a Juan, encadenarlo y meterlo en prisión por instigación de Herodías, esposa de su hermano Felipe. Juan le decía que no le era lícito tenerla.14,5: Herodes quería darle muerte, pero le asustaba la gente, que consideraba a Juan como profeta. Llegó el cumpleaños de Herodes y la hija de Herodías bailó en medio de todos. A Herodes le gustó tanto que juró darle lo que pidiera. 14,8: Ella, inducida por su madre, pidió: —Dame aquí, en una bandeja, la cabeza de Juan el Bautista. El rey se sintió muy mal; pero, por el juramento y por los convidados, ordenó que se la dieran; 14,10: y así mandó decapitar a Juan en la prisión. La cabeza fue traída en una bandeja y entregada a la joven; ella se la entregó a su madre. Vinieron sus discípulos, recogieron el cadáver y lo sepultaron; después fueron a contárselo a Jesús.
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