
"A nuestra generación nos toca, con decisión y también con ternura, hacer un ajuste de cuentas con nosotros mismos y con nuestro compromiso religioso y eclesial. Nos lo debemos a nosotros y se lo debemos a las generaciones actuales de la vida consagrada, y aún más a las futuras, porque etar´ba bien que cerremos algunos procesos que nosotros iniciamos al menos hace cuarenta años".
No hay comentarios:
Publicar un comentario